miércoles, 3 de abril de 2013

Italia bella y cómica


Ayer salí de fiesta, tenía una cita con un amigo italiano que no veía desde hacía tres años. Pasamos juntos horas y horas hablando de numerosas cosas acompañados de whisky escocés y música jazz.

Como no era de evitar, la crisis asomó la cabeza entre las conversaciones de thai box y Boney M, pero esta vez para pisar fuerte.

“¿Cómo estáis en Italia ahora?” -Le pregunté con rostro apenado.
 “Mucho mejor” -fue  su sorpresiva respuesta.

Inconsciente de que mi visión del mundo iba a cambiar desde ese preciso momento me dispuse a escucharle. Entonces comenzó a narrarme una historia nueva de cambios y esperanza, una historia de políticos apolíticos que no predicaban con la palabra sino con el ejemplo. Un nuevo partido que no se hacía clasificar por el ya antiguo de izquierdas y de derechas, sino que unía a todos los que estamos sobreviviendo como podemos a esta interminable crisis. Y un líder honrado, desinteresado y querido por la gente. Sentí que escuchaba aquella historia con la que yo tanto había soñado para mi país desde que emigré al extranjero.

“¿Y quién es ese líder?” -le pregunté. “¿Un escritor? ¿Un investigador? ¿Un economista?”.

“No” -me dijo, “Un cómico; se llama Beppe Grillo”.

Por un momento todas esas mariposas que revoloteaban se paralizaron a la vez. No pude evitar pensar en la idea de que otro Berlusconi había llegado a la bella Italia. Sin embargo, su negativa firme me hizo rechazar esa idea. Fue cuando me contó que el Movimiento 5 Stelle había rechazado dinero público para hacer propaganda electoral, que el único medio donde se promocionaban era en Internet, en el cual habían colgado su programa para darse a conocer sin tener que invertir en lo que, de algún modo, es persuasión electoral. Que presionaron tanto con su ejemplo que los demás políticos se vieron forzados a reducir sus abultados salarios, en total más de 8 millones de euros de ahorro por año  (un grandísimo cambio ¿no creen?). Este nuevo grupo no político señaló que ninguno de sus miembros arrastraba delito alguno a sus espaldas, lo que de nuevo hizo actuar a los otros competidores (porque si esto no es una competición díganme entonces de qué se trata),  que decidieron prescindir de aquellos cómplices que no estaban del todo limpios. Y lo que más me llenó del todo de esperanza fue el suceso en las últimas elecciones realizadas en febrero, cuando M5S pasó de ser un grupo poco conocido a formar parte de uno de los más populares, siendo el tercer partido más elegido con un 25,55 % de los votos. Lo que no dejó a nadie indiferente puesto que desmentía de forma rotunda lo que las encuestas estimaban.

Este hecho provocó que el M5S recibiera una llamada del Partido Democrático (partido vencedor) que buscaba su apoyo. El portavoz de M5S en el senado, Vito Crimi les dejó claro que ellos sí serían fieles a su promesa y que el movimiento sólo respaldaría un gobierno encabezado por ellos. Sin embargo, aseguró que sí estarían dispuestos a votar medidas en favor de una reforma de la ley electoral.

He buscado información acerca de este movimiento y sus miembros, y lo que he leído no me ha sorprendido nada en absoluto. Algunas han sido duras críticas a un movimiento tachado de soñador y poco serio. Por el contrario he comprobado su sostenibilidad, su desinterés por el dinero y su transparencia.  Está claro que ahora los que no quieren despertar del sueño son otros, sólo que en este caso es una pesadilla.

Aun a día de hoy, en Italia siguen discutiendo sobre quién estará en el poder durante los próximos años, pues no se ponen de acuerdo con las coaliciones en el senado. Probablemente necesiten de una nueva votación, donde sería fantástico ver que aquellas personas (que todos conocemos) sin esperanzas en un cambio unan su apoyo a este grupo y aumente esa participación del 75,17 %.

No digo que mañana este mundo será otro, pero si un cómico ha conseguido poner los puntos sobre las íes a los partidos políticos con más poder en Italia otras personas pueden hacerlo en España. Luchar seguiremos luchando, pero para jugar las cartas de los políticos tenemos que sentarnos en su misma mesa.

Hay algo que sentí en la expresión de mi amigo, algo que hacía mucho que nadie me transmitía, algo que no se puede describir con palabras. Algo que todos necesitamos.


Con esperanzas,

Profesora despoblada.